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Anécdotas de escritora #4: radio, televisión y casualidades de la vida

Además de contar las cosas que me han pasado como escritora, creo que también es interesante contar cómo y por qué han pasado. Todo esto me está ayudando a recordar mejor el camino recorrido y a no sentirme tan mal porque en los últimos meses no haya estado tan metida en la literatura como me hubiera gustado. Quizá os ayude a vosotros también o simplemente os sirva para conocerme un poco mejor... Estoy intentando contar las cosas, más o menos, en orden cronológico, así que en el día de hoy me gustaría hablaros de mis primeras entrevistas en radio y televisión, y de cómo a veces el destino no está carente de ciertas casualidades.


Mis primeras entrevistas hablando de mis libros fueron a nivel local. Como habréis ido leyendo estas semanas, algunas de las oportunidades que tuve fue gracias a personas conocidas y sus contactos. Y me parece algo natural, porque cuando desconocemos algo, cuando estamos empezando, lo primero que hacemos es preguntar a los demás. Gracias a una de mis mejores amigas, Andrea, pude ir a hablar de Último tren a la Tierra a Radio San Vicente una mañana de agosto de 2015. Estaba nerviosa y emocionada, pero con mi amiga cogí el autobús y allá que nos fuimos a la radio. Grabamos la entrevista y se emitiría más tarde en el mismo día en el programa San Vicente Playa. Pude hablar del libro, de cómo estaba siendo eso de publicar por primera vez y promocionar mi primera firma de libros que tendría lugar unas semanas después, como ya os conté en el post anterior. A modo de curiosidad, en un despiste de la presentadora, fue aquí cuando rebautizó mi libro como Ultimátum a la Tierra.

La entrevista en televisión surgió de forma diferente. Ese mismo año, mientras preparaba la firma de libros de Último tren a la Tierra, también estaba organizando la publicación de mi segunda novela La noche perpetua, que había terminado de escribir ese verano. Así que con mis dos libros y con algunas lecciones aprendidas sobre distribución, que también puedes leer aquí, dejé un par de ejemplares en la librería Pynchon & Co de Alicante, en su antigua ubicación. No podía imaginarme que con este intento de que mi novela se diera a conocer a través de librerías independientes, iba a recibir la invitación de Alacantí TV, un canal de televisión de la comarca, para entrevistarme en el programa La explanada. Y es que la presentadora me había descubierto a través de esta librería en la que dejé mis libros. ¿Y cómo es que había dejado mis libros allí? Pues porque una compañera de la universidad me habló de la librería, de que la habían inaugurado hacía poco, que era un lugar acogedor y que quizá les podría interesar tener allí mis libros. Ya veis, una cosa llevó a la otra.


Curiosamente esta no sería la única vez que me iba a pasar algo así porque, aunque es cierto que no he conseguido grandes beneficios económicos de la venta en librerías (matizar que no es lo mismo dejar el libro y pretender que se venda solo, que hacer algún evento y propiciarlo… Me ha ido mejor en ferias, por ejemplo), sí que me ha traído otras cosas buenas. En 2016 me moví bastante por la provincia de Alicante y alrededores, distribuyendo yo misma mis libros.

Investigando descubrí AIDA Books & More, una red de librerías solidarias en las que podéis donar libros, nuevos o de segunda mano que estén en buen estado. Con lo recaudado de las ventas en sus diferentes librerías, financian proyectos de cooperación en varios países, ayudando a mejorar las condiciones de vida de quienes tienen menos recursos. En su tienda de Valencia dejé unos ejemplares de mis dos primeras novelas, las que había publicado hasta la fecha, para colaborar desinteresadamente con esta causa. Jamás se me habría ocurrido que una profesora de literatura de un instituto de Valencia fuera a descubrir allí La noche perpetua, comprara la novela para su hijo adolescente y que a este le gustara tanto que eso derivara en una invitación para dar una charla a sus alumnos sobre literatura, escritura y ciencia ficción. Me invitaron en dos ocasiones, en 2019 y 2021, y en la primera visita (ya que en la segunda todavía estábamos en pandemia y el aforo era limitado), creo que nunca había hablado delante de tanta gente. Algunos de los alumnos habían leído alguno de mis libros y habían preparado unas preguntas. Fue una experiencia maravillosa que a mí me hubiera gustado tener de pequeña, que una persona que se dedica a su profesión (ya fuera la literatura o cualquier otra), nos hablara de la realidad, de cómo funciona ese mundo, y nos abriera los ojos a algo quizá hasta ese momento desconocido. Y si hubiera sido un escritor, me habría encantado.


















La reflexión de todo esto es que estas cosas no me pasaron solo por casualidad, sino que fueron el resultado de un trabajo previo de escritura, de distribución, de búsqueda y de tropiezos… Porque si no hubiera dado el primer paso, si no hubiera hecho nada ni me hubieran pasado cosas buenas y no tan buenas, no habría ocurrido todo lo demás.

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