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Mis libros en la Biblioteca del Instituto Cervantes de Nueva York

Este pasado mes de marzo he vivido una de las aventuras más grandes de mi vida hasta la fecha, tanto a nivel personal, como literario. Y es que organizar un viaje a Estados Unidos ha supuesto mucha planificación, especialmente para alguien como yo, que no solo pensaba en la línea argumental principal de la historia, sino en todas las variables (posibles imprevistos y posibles soluciones). Este viaje también era una oportunidad para llevar mis libros a otro país, así que eso hice.


Tenía claro que me iba a llevar un ejemplar de mis libros autopublicados porque quería hacerme fotos chulas con ellos. Aunque visité otras ciudades de Estados Unidos, elegí Nueva York para la promoción. Además, otra de las ideas que tenía era no volver con los libros. Ya no solo para quitar peso y dejar espacio en la maleta para los souvenirs, sino porque tenía la intención de dejarlos como donación en alguna biblioteca. Se me ocurrió que una buena elección sería el Instituto Cervantes, ya que es una institución internacional que promueve la enseñanza y el uso del español con diferentes actividades como la realización de cursos, certificación oficial del nivel de español como lengua extranjera, fomento de la investigación del idioma o la realización de eventos culturales y congresos, que podéis seguir a través de su página web y redes sociales.


El Instituto Cervantes tiene, entre otras ciudades, un centro en Nueva York, así que esta era una oportunidad única. Una tarde, mi marido y yo cogimos el metro, la línea 4 desde Times Square, que es la zona donde teníamos el hotel, hasta la parada de Lexington Avenue, y luego unos cinco minutos caminando hasta llegar a nuestro destino. Nos presentamos en la Biblioteca del Instituto Cervantes. Allí nos atendió un bibliotecario muy simpático y amable, que aceptó mi donación y con el que visitamos la sección juvenil de literatura que tenían allí, lugar en el que se encuentran ahora mis libros a disposición de cualquiera que quiera leerlos, mejorar su español o simplemente disfrutar de unas novelas de ciencia ficción.


El día que escribo este post, únicamente aparecen catalogados en la página web de la biblioteca Último tren a la Tierra y La tierra prometida, pero me han confirmado que el resto están en proceso. Si por casualidad me estás leyendo desde Nueva York y te llama la atención alguno de mis libros, no dudes en ir a la biblioteca a por ellos. Están disponibles para el préstamo y me haría mucha ilusión saber cuál has escogido y qué te ha parecido. A través del formulario de contacto de esta misma web puedes escribirme.


Igualmente, si geográficamente estás un poquito más cerca, también está disponible Último tren a la Tierra en la Biblioteca de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante, donde yo estudié mi carrera. Uno de mis propósitos es poder ampliar la red de bibliotecas en las que mis novelas puedan estar disponibles.


En conclusión, aunque es fácil que entre tanta oferta mis libros puedan pasar desapercibidos en una biblioteca de tanto prestigio como la del Instituto Cervantes de Nueva York, para mí es un motivo de alegría y orgullo saber que como autora estoy presente en una institución tan relevante para nuestra lengua, además de poner mi granito de arena para estudiantes y curiosos siendo parte de la literatura juvenil de ciencia ficción.





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