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Pioneros de la ciencia ficción rusa

Pioneros de la ciencia ficción rusa (1892 - 1929) es una antología de nueve autores, considerados los primeros en escribir relatos de este género, o al menos de los primeros que se conocen de la literatura rusa. La selección y traducción de los cuentos ha sido realizada por Alberto Pérez Vivas. En este libro encontramos reflexiones sobre la vida y la muerte, dispositivos para viajar en el tiempo, avances médicos increíbles o el contacto con especies extraterrestres, y nos muestra cómo, independientemente de la época o la nacionalidad de los autores, los que escribimos ciencia ficción solemos tener las mismas inquietudes, ideas o perspectivas de un futuro no muy lejano. Teniendo en cuenta que algunos de estos relatos se escribieron hace más de cien años, es posible que sus autores pensaran en el siglo veintiuno como el momento en el que muchas de esas ideas futuristas pudieran suceder, pero nada más lejos de la realidad. Muchas de ellas siguen siendo hoy parte de un futuro desconocido.


Desgraciadamente, y por la situación que vivimos actualmente de la invasión rusa en Ucrania, podemos darnos cuenta de que la historia se repite, que a veces, por mucho que queramos mirar hacia el futuro, hacia el progreso y el bienestar, hay quienes siguen mirando al pasado y cometiendo los mismos errores que no llevan a nada más que a la destrucción y a dar pasos hacia atrás en lugar de hacia delante.


Antes de cada relato hay una breve biografía de cada autor, cosa que enriquece mucho más el libro y que pone en contexto los cuentos, la época de cada escritor, los movimientos sociales y el destino que tuvieron algunos de ellos.

Alekséi N. Apujtin es el autor del primer relato de la antología, titulado Entre la vida y la muerte, en el que un anciano narra sus últimos momentos de vida y en el que también se plantea el tema de la reencarnación.


Porfiri P. Infántiev es el autor de En otro planeta. Tratado sobre la vida de los habitantes de Marte. Este es uno de los cuentos que más me ha gustado de la antología y que, desgraciadamente, está incompleto a causa de la censura que sufrió al publicarse en 1901 por considerar ciertas ideas revolucionarias. Gracias a un curioso y aparentemente sencillo aparato, el protagonista consigue viajar a Marte siendo su conciencia acogida en el cuerpo de uno de los habitantes del planeta rojo, seres inteligentes y avanzados muy diferentes en apariencia a los humanos. Con precisas descripciones, el autor demuestra tener gran imaginación y es un visionario en ciertos aspectos, ya que habla de dispositivos como los CDs o el GPS.


La Montaña de la Estrella y La República de la Cruz del Sur son dos relatos del autor Valeri Y. Briúsov, los que más destacan por su componente social. Ambos tienen en común una sociedad apartada del resto de la humanidad, con costumbres y formas de vida peculiares. Por un lado, en La Montaña de la Estrella conviven humanos y extraterrestres, con su propia cultura y jerarquía, en algún lugar del desierto africano del que ningún explorador que se haya atrevido a buscar este lugar ha vuelto con vida. Salvo nuestro protagonista, que con sus explicaciones e historias sobre otro mundo, consigue hacerse un hueco entre las esferas más altas de la sociedad de la Montaña de la Estrella y haciendo que nada vuelva a ser como antes. Por otro lado, La República de la Cruz del Sur es un país del Polo Sur, aislado e independiente, cuya población empieza a enfermar de una extraña y mortal dolencia.


El misterio de las paredes, de Serguéi R. Mintslov, otro de los relatos destacables en mi opinión, narra una forma pasiva de viajar en el tiempo mediante unos aparatos que, colocados en las paredes de una habitación, son capaces de proyectar lo allí sucedido tiempo atrás.


Aleksandr P. Ivanov, autor del El estereoscopio. Historia crepuscular explica otra curiosa forma de viajar en el tiempo a través de este instrumento y su capacidad de transportar al observador al interior de una fotografía y moverse por ella más allá de los límites de la imagen. Esta historia, como indica el subtítulo, crepuscular, describe un ambiente sombrío y misterioso, que en algún momento puede incluso rozar el terror.


En la sombra de los tiempos. Una historia ocurrida en el año 2912, de Ignati N. Potápenko, se habla de avances técnicos y médicos que hacen que las personas sean prácticamente inmortales gracias a la institución Órgano-Reparatorium Central, donde biólogos rusos habían descubierto la forma de descomponer el cuerpo para poder reparar órganos enfermos y sanarlos para volver a colocarlos después. El relato plantea una confusión entre los corazones de dos pacientes que implica consecuencias a escala mundial.


La Fiesta de la Inmortalidad, de Aleksandr A. Bogdánov, sigue esta misma línea, en la que la humanidad ha alcanzado la eterna juventud y el protagonista cumple más de mil años celebrando esta fiesta junto a otros inmortales. Sin embargo, el proceso de la vida de ser cíclica resulta monótono, y el hecho de que pueda tener un final se convierte en una idea romántica y novedosa.


Vivian A. Itin escribe El país de Gónguri, un cuento sobre dos presos que comparten celda en una cárcel rusa. Uno de ellos, médico, propone hipnotizar al otro para que le cuente una historia que realmente no sé si él la ha vivido o es algo que permanece en su subconsciente por alguna razón. Para mí ha sido el relato más confuso de todos, en el que el hipnotizado cuenta sus viajes y descubrimientos, pero no me ha quedado claro si se supone que eso sucede antes o después del momento actual de los presos, ni si él lo ha vivido realmente o son recuerdos de otro.

Por último, Alekséi M. Vólkov parece ser el autor que cierra esta antología. Y digo parece porque hay pocos datos sobre él. Ambos relatos, Extraños y Bairo-Tun fueron publicados en revistas soviéticas, el segundo bajo seudónimo, y coinciden en la interacción de sus protagonistas con otras formas de vida, con seres extraterrestres inteligentes que han llegado a la Tierra, bien por error, como el náufrago que acaba en una isla desierta sin preverlo, o bien como destino tras la búsqueda de un nuevo hábitat en el que establecerse. Bairo-Tun además hace referencia a la forma de comunicación entre los humanos y el extraterrestre, cómo consiguen empezar a entenderse hasta poder llegar a mantener conversaciones en las que logran comprenderse los unos a los otros.


En general, Pioneros de la ciencia ficción rusa me ha parecido una antología muy interesante, con algunos relatos con temas en común pero con diferentes puntos de vista, lo que demuestra la riqueza y variedad de la ciencia ficción y las muchas formas de contar este tipo de historias. Me ha resultado curioso que en la selección no hubiera ninguna autora rusa, aunque teniendo en cuenta que algunas de estas historias han sido censuradas, quizá las escritoras o bien no pudieran todavía publicar libremente o tuvieran que hacerlo bajo seudónimo. Desconozco si hay alguna autora rusa de esta época en esta situación.


Por mi parte, y por si tenéis interés, os dejo algunos nombres de autoras rusas, algunas ya las conocía, a otras las he leído, y a otras he descubierto buscando información para completar esta publicación, cuyas obras, entre otros géneros, pueden también formar parte de la ciencia ficción. Estas escritoras quedarían fuera de esta antología por los años en los que se centra (1892-1929), pero como decía, no sé si alguna autora de la época ha pasado desapercibida por las circunstancias:


· Ayn Rand (1905-1982) fue escritora y filósofa rusa nacionalizada estadounidense, cuyas obras eran especialmente filosóficas, pero algunos conceptos también podían considerarse dentro de la ciencia ficción. He leído El Manantial y La rebelión de Atlas, esta última novela, aunque es en gran parte filosófica, también tiene algún elemento futurista e incluso utópico.


· Оlga Lariónova (1935). Su obra más conocida se titula El leopardo de la cumbre del Kilimanjaro. En 1987 ganó el Premio Aelita, otorgado por la Unión de Escritores de Rusia.


· Maryna Dyachenko (1968) también ganó en Premio Aelita en 2001 junto a su marido Serhiy Dyachenko. Su primera novela The Gate Keeper fue publicada en 1994. Escriben fantasía y ciencia ficción tanto en ruso como en ucraniano.


· Anna Starobinets (1978) periodista y escritora, destaca especialmente por sus obras de terror. Asistí hace unos años a una de sus charlas en el Festival Celsius 232 celebrado en Avilés, donde ha participado como autora invitada. El vivo, Tienes que mirar o Una edad difícil son algunos de sus libros.

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