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Mitología griega en la literatura juvenil

Con este título tan genérico, porque los caracteres no me daban para todo lo que quería poner sin que se quedara a medias, vengo a hablaros de dos libros que he leído en lo que va de año que tienen esto en común, son novelas juveniles basadas en los mitos griegos. Me refiero a La flor y la muerte, de Iria G. Parente y Selene M. Pascual, y Las flores de Perséfone, de José A. Bonilla. Historias de ciencia ficción y fantasía urbana respectivamente, en las que los dioses y las leyendas forman parte fundamental de la trama. Personajes adolescentes que tienen que enfrentarse a algo que les queda muy grande para poder sobrevivir, pero a lo que harán frente con determinación y que les servirá para forjar su futuro y su destino.

La flor y la muerte está ambientada en un futuro en Marte, en el año 2628. Olympus es una gran corporación que se extiende por la galaxia y divide a la sociedad en trece Servicios basados en las funciones de los antiguos dioses olímpicos. Asha es una hades y lleva toda la vida rodeada de muerte. Ianthe es una deméter y lleva toda la vida enraizada en la soledad. Cuando ambas entran en la Akademeia, ya saben lo que les espera: tres años de internamiento y la Odisea, la prueba por grupos donde se elige a los mejores candidatos para liderar los Servicios. Pero la competición es dura y hay mucho en juego.


El servicio de Hades, al que pertenece Asha, está relacionado con el Inframundo, procurando una vida tras la muerte para aquellos que lo deseen y se lo puedan permitir. Los intereses, la corrupción, la lucha de poder parece ser algo habitual dentro del servicio, y los hades tienen fama de fríos, violentos e insensibles. Asha, con un carácter serio y aparentemente distante, no quiere que se la identifique con esas cualidades, no quiere ser lo que se espera de ella si para conseguirlo tiene que dejar de lado sus principios y pasar por encima de otros. El servicio de Deméter, al que pertenece Ianthe, se encarga de los cultivos, de las plantas, de las flores, esas de las que siempre está rodeada y que le dan su espacio de paz y tranquilidad. Al servicio de Olympus, Ianthe está destinada a seguir los pasos de su madre, convertirse en la líder de su servicio y mantener una estabilidad de la que desconoce sus cimientos. Cuando se reencuentran en la Akademeia, Asha e Ianthe tendrán que dejar de lado sus miedos y prejuicios para trabajar en equipo, para poder continuar con su formación, pero sobre todo, para sobrevivir.


La flor y la muerte es una novela en la que los sentimientos están, nunca mejor dicho, a flor de piel. La amistad, el amor, el distanciamiento, la lucha por la supervivencia y por la justicia es lo que mueve a todos los personajes. Aden es el tercer narrador de la historia, perteneciente al servicio de Hefesto, un chico inteligente y habilidoso con la tecnología, quien también se verá en una encrucijada entre seguir al deber o al corazón.


A pesar de que es un libro bastante largo, pues supera las 600 páginas, es ágil, muy fácil de leer al ir alternando a los tres narradores y te adentra en la Akademeia, en ese instituto futurista en el que el examen más importante es la supervivencia y, con suerte, conseguir el trabajo anhelado sirviendo a Olympus haciendo lo que mejor se le da a cada servicio. La competitividad se lleva al límite y los sentimientos, a veces ocultos, acaban siendo la fuente más grande de coraje y valentía.


Ambientada en Barcelona en la actualidad, Las flores de Perséfone cruza la historia de dos mundos separados por una delgada línea. Seres que deberían encontrarse únicamente en los antiguos tratados de mitología han comenzado a traspasar la barrera de la realidad y se han hecho tangibles. Esto está relacionado con una reliquia que Andrés Costa, reputado arqueólogo, envió a su sobrino Álex antes de ser atacado por uno de esos entes. Por si fuera poco, el muchacho ha comenzado a sufrir extraños delirios en los que aparece la Acrópolis de Atenas, los matones del instituto le persiguen y un misterioso profesor ha llegado al centro para impartir clases sobre mitología. Además, una joven investigadora francesa le intenta convencer de que alguien ha asesinado a los miembros de la excavación de Thivai que dirigía su padre y de la que formaba parte su tío.


En apenas un par de días, la vida de Álex da un vuelo, viéndose envuelto en una guerra mítica con sus amigos, Ana y Jan, y su madre, a quien regala por su cumpleaños la reliquia enviada por su tío, con el que apenas tenía contacto y del que desconoce su paradero.


Con diferentes personajes, pero muy definidos, esta historia muestra sus fortalezas y debilidades, y su misión de salvar a la humanidad. Cuando empecé a leer la historia, sobre todo en los primeros capítulos, más centrados en Álex y en su vida diaria, me recordaba a mí misma, a esas primeras historias que escribía y que también se basaban bastante en mis vivencias, en mis días de adolescente, con esos grandes sueños y sed de aventuras, pero a la vez con los pies en la tierra, frente a una realidad inevitable mucho más sencilla. Me ha gustado recordar esos tiempos, esas historias fantásticas que imaginaba y que he visto reflejadas en esta novela.


A modo de resumen y de pequeña comparativa, también quería escribir las similitudes y diferencias más destacables en mi opinión. Esta semana terminé de leer Las flores de Perséfone, y aunque no era esta exactamente mi intención de reseñarlas, me parece interesante comentar las dos novelas en una y resaltar sus puntos fuertes.


Similitudes:

La más evidente es que ambas novelas narran una versión propia del mito de Hades y Perséfone. Perséfone, hija de Zeus y Deméter, estaba recogiendo flores con algunas ninfas en un campo de Enna cuando apareció Hades y la secuestró para llevarla al Inframundo. Deméter, desolada, provocó que los campos quedaran estériles hasta que Zeus obligó a Hades a liberar a Perséfone. Sin embargo él urdió una estrategia para que Perséfone siguiera siendo suya, haciendo que comiera unas semillas de granada para obligarla a volver al Inframundo. De esta manera, Perséfone pasaba la mitad del año con su madre en la Tierra, y la otra con Hades en el Inframundo, creando Deméter de esta forma la primavera y el invierno; florecimiento y luz cuando Perséfone estaba con ella; sequía, frío y tristeza cuando se alejaba.


Ianthe y Asha son la flor y la muerte, y están unidas tanto por el amor como por el destino, como Perséfone y Hades.


En Las flores de Perséfone, aunque es evidente el protagonismo de este mito por el título de la novela, no existe una representación tan clara de estos personajes mitológicos, pero sí aparecen otros, envueltos en la leyenda, que tratan de ayudar a Álex y a sus amigos.


En cuanto a la publicación, ambas novelas son de autores españoles y han sido publicadas por editoriales españolas, La flor y la muerte por Nocturna y Las flores de Perséfone por Valhalla, con portadas muy llamativas y sugerentes, la ilustración del libro de José A. Bonilla me gusta especialmente, pues es sencilla, pero con una directa referencia al mito, con claroscuros y detalles suaves.


Diferencias:

Por un lado, La flor y la muerte es una novela de ciencia ficción, futurista, en la que los mitos griegos están representados a través de la sociedad, de los personajes y los servicios a los que pertenecen, caracterizándose cada uno de ellos por sus cualidades más representativas. Por ejemplo, como ya he comentado, los hades con la muerte, los deméter con la botánica, los hefesto con la tecnología; pero también los afrodita con la belleza, la sensualidad y el amor, los apolo con la curación y la medicina, los dionisio con la diversión o los ares con la guerra.


Por otro lado, Las flores de Perséfone vira hacia la fantasía, con visiones y sueños premonitorios, objetos mágicos y seres mitológicos que cruzan el umbral entre dos mundos. Es una historia contemporánea, con la cotidianidad de un adolescente que va a clase, que tiene que prepararse para la selectividad, al que le gusta una chica de su clase y que tiene problemas con los abusones del instituto.


He disfrutado con ambos libros, cada uno con su estilo y su mensaje. Son lecturas para cualquier persona que disfrute de historias con acción, amor y amistad, o leyendo diferentes versiones de la mitología griega. La flor y la muerte forma parte de una saga de ciencia ficción de las autoras Iria G. Parente y Selene M. Pascual, que explora diferentes mitos en cada libro, y Las flores de Perséfone es autoconclusivo, pero el autor José A. Bonilla parece que deja la puerta abierta a otras posibles aventuras, pues la mitología es una gran fuente de inspiración.

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