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Los puzzles book nook y la escritura

Esta publicación es de esas que nunca me había planteado escribir hasta que me encontré en la situación. Y es que el año pasado, por mi cumpleaños, me regalaron uno de estos dioramas para colocar en las estanterías, entre los libros, y hasta este mes de julio no me he puesto a montarlo. Es un cajón de madera que imita una calle en miniatura, un pasadizo con una librería, gatitos, una pequeña parte ajardinada, con muchos detalles y hasta con iluminación incluida (que todavía no he probado porque me falta una pila).


Le he dedicado unas 7 horas de trabajo, en dos tardes, y ha resultado ser tiempo para mí, de distracción de otras tareas, entretenimiento, concentración y reflexión. Este diorama tiene un montón de piezas, algunas de ellas, incluso leyendo las instrucciones, que solo vienen en inglés, me costaba localizarlas en las bolsitas o en las láminas de madera y plástico en las que vienen troqueladas. Yo he podido disponer de media mesa del comedor para desplegarlo todo, pero incluso me habría venido bien tener la mesa completa para separar mejor todos los elementos y tenerlos más a mano. El diorama incluye dos botes pequeños de pintura blanca para los detalles, un pincel, un tubo de pegamento líquido, batería, cables y LEDs para la parte de iluminación. La verdad es que tiene (casi) de todo lo necesario para montarlo sin tener que buscar herramientas adicionales. Lo único que eché de menos fueron unas pinzas que facilitaran el poder coger las piezas más pequeñas que se me escapaban de las yemas de los dedos.


Dicho esto, ¿qué tiene que ver entonces con la escritura?


Para escribir, al igual que para hacer el diorama, es recomendable tener un sitio cómodo y ordenado para trabajar. Dependiendo del tipo de escritor que seas, quizá ya tengas todos los elementos preparados a falta de encajarlos unos con otros siguiendo tu(s instrucciones) guión o escaleta (si eres escritor mapa); quizá tengas las ideas desperdigadas en tu cabeza (o todas las piezas mezcladas en la caja) y empieces a crear la trama sin indicaciones tan precisas (si eres escritor brújula).


Es un trabajo divertido, entretenido y dinámico, pero en ocasiones también es pesado y desesperante. ¿Por qué no encaja esta pieza con aquella? ¿Por qué se despegan? ¿Por qué cuando ya tengo el módulo completo parece que se va a desmoronar? Escribir una historia también requiere de precisión, encaje, revisión, los elementos tienen que estar bien hilados para que tenga sentido, para que enganche, para que el lector quiera seguir leyendo y no se nos quede por el camino.


También es posible que el resultado no sea el esperado. Mi book nook no ha quedado igual que el de la foto, tuve algunas dificultades para unirlo todo una vez que tenía los diferentes módulos completos, algunas partes no encajaban como debería (posiblemente fallo mío) y al no querer forzar de más los materiales en algunas partes utilicé el pegamento para fijarlo mejor. En otras, ni con pegamento... Esto, al final, es un puzzle que una ver terminado queda bonito, pero no refleja todo el trabajo que hay detrás. Lo mismo sucede con una novela o un relato. A mí al menos me suele pasar que no termina siendo exactamente como había pensado, ya que durante el proceso, la trama o los personajes te van llevando por diferentes rutas. Aun así, siempre se intenta que quede lo más bonito posible.


Las instrucciones del diorama tienen un orden extraño. Al principio, por ejemplo, te indica cómo montar algunos elementos más decorativos que estructurales, que una vez los tienes hechos debes apartar para recuperarlos más adelante, cuando realmente los tengas que colocar. Resulta verdaderamente difícil que algunos de ellos se queden unidos sin pegamento, porque son piezas tan finas o tan pequeñas que su propia limitada superficie lo complica. A la hora de escribir una novela o un relato es posible que a veces escribamos escenas sueltas, que no siguen el orden exacto en el que estamos escribiendo, pero que ya las hemos visto tan claras, o sabemos que algo queremos que ocurra de determinada manera, que nos adelantamos. En mi caso no es lo habitual, pero alguna vez lo he hecho así.


En definitiva, mientras montaba el diorama me acordaba de la escritura y me gustaría poder dedicarle el mismo tiempo de calma que le dediqué a este puzzle. Obviamente resultó mucho más fácil que escribir porque conocía todos los pasos, todas las piezas que necesitaba, las herramientas, y yo como escritora brújula, no suelo tener nada de eso, simplemente porque no me funciona trabajar así.


Si buscáis un rato de entretenimiento lejos de las pantallas, esta es una buena forma, además de que luego te queda un bonito recuerdo en la estantería (o lo más parecido que hayáis conseguido hacer con vuestras habilidades). Por si os interesa, este es el que yo tengo, y también hay otros modelos.


EXPECTATIVA VS REALIDAD









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