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Entrevista a Elena Martínez García

Esta semana hablamos de ilustración con Elena Martínez García. Graduada en Bellas Artes, ya ha sido ilustradora en varios proyectos literarios, entre ellos el diseño de cubierta de mi novela Piel metálica, de la portada e ilustraciones interiores de La tierra prometida y de Trans XYQ (de próxima publicación) y del relato Nosotros llegamos primero; también del álbum infantil ilustrado Flamenc@s, de la autora Eli Lledó, y de las ilustraciones interiores del libro Cuento ligero del sobrino del triatleta globero, de José Carlos Pérez López.


Elena Martínez García es una persona polifacética, ya que aunque en esta entrevista nos hemos centrado en la ilustración, que realiza con diferentes técnicas, también se dedica al modelado, la talla en madera y la escultura. De buena tinta puedo decir que es una artista dedicada, minuciosa y detallista, que pone todo su empeño y cariño en cada trabajo. Es capaz de adaptarse a las necesidades de cada proyecto, ya que en el caso de mis obras, todas están englobadas en el género de la ciencia ficción, lo que nada tiene que ver con el álbum infantil, puesto que el objetivo y el público de las ilustraciones es distinto.

Si habéis visto o leído alguno de mis propios libros, o los de los otros autores con los que ha colaborado, lo primero que veis es la obra de Elena, por lo que si, en alguno de esos casos habéis escogido lectura por la apariencia, si os habéis dejado llevar por esa primera impresión que da una portada, será que algo hemos hecho bien para que llamara vuestra atención. Se suele decir eso de no juzgar un libro por su cubierta, y efectivamente puede haber libros muy buenos cuya portada no sea la más bonita o la más llamativa, pero para eso están también las sinopsis, para resumirnos la trama y terminar de convencernos para leerlo o no, son nuestro primer contacto con el libro. Aun así seguro que coincidiréis conmigo en que hay libros que son verdaderas obras de arte, tanto por fuera como por dentro. Los cuentos infantiles, los álbumes ilustrados, las novelas gráficas, los cómics, esos libros con desplegables y formas en tres dimensiones...


Sin extendernos demasiado, con esta entrevista pretendo dar a conocer esa parte tan visible de la literatura desde la primera línea, y que cada vez tienen más protagonismo y reconocimiento, el que merece. Sin ir más lejos, hace poco se conocieron los ganadores de los premios Ignotus2020, que otorga Pórtico, la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, y que cuentan con dos categorías en este sentido, Mejor Ilustración y Mejor Tebeo. Igualmente si buscamos por la red también encontramos otras convocatorias de concursos y premios con una interesante dotación económica para las mejores ilustraciones.


Elena nos cuenta algunas de las claves del proceso de ilustración y de su forma de trabajar, y espero que os resulte interesante.


¿Qué dirías que te define como ilustradora?


Esta es una pregunta que yo misma me hago ahora mismo. Hasta ahora me definía como una artista polivalente, capaz de adaptarme al gusto y las necesidades de quien me pedía ilustraciones, pero siento que ha llegado el momento en que necesito definirme y desarrollar un estilo personal, algo que no es tan sencillo como puede parecer.

Como artista cuento con muchas influencias, y para cada trabajo preparo una tabla con las imágenes que más me inspiran, pero todo cambió con el último encargo que hice para ti, Nosotros llegamos primero. Me apetecía probar algo nuevo y opté por las tintas planas, sin tabla de referentes ni planteamiento previo, simplemente una imagen en blanco que fui componiendo con recortes de color. Esta forma de trabajar me resultó muy cómoda y creo que voy a intentar seguir por esta línea de síntesis formal, a ver cómo resulta.




De todas las ilustraciones que has hecho, ¿cuál dirías que ha sido la más difícil y por qué?

Yo diría que en general el cuento Flamenc@s, de Eli Lledó. Aunque ninguna ilustración tuvo una complicación especial, fue mi primer encargo para alguien desconocido y eso me obligó a salir de la zona de comfort. Además, se trataba de un libro infantil, donde la ilustración tiene un papel mayor que el texto, por lo que la presión era mucho mayor de lo normal.






¿Con cuál has disfrutado más?


Me atrevería a decir que con la última que desarrollé para nuestro proyecto de Verkami, Trans XYQ. A pesar de que el crowdfunding no salió adelante, me alegré mucho de haber seguido con las ilustraciones hasta el final, porque cuando llegué a la última, que sería la quinta del libro, conseguí comprender lo que esperaba de mi propio trabajo, y todo se volvió mucho más agradable. Me gustó especialmente intentar conseguir el efecto de la luz del atardecer que domina la escena, donde ya está oscuro, pero aún se pueden entrever las formas bañadas en el tono rosado-anaranjado del sol. Espero que algún día este dibujo pueda ver la luz porque le tengo mucho cariño.


A la hora de realizar un trabajo, ¿prefieres que el autor te dé unas pautas definidas para las ilustraciones o tener libertad para crearlas? En este último caso es imprescindible conocer la obra...


Normalmente lo primero que hago cuando alguien me habla de ilustrar su libro es preguntarle qué ha pensado ya. Me ayuda mucho para entender las expectativas del autor y a menudo sus ideas son las adecuadas, pero requieren de un poco más de desarrollo para alcanzar todo su potencial. Por supuesto, en cualquiera de los casos es mejor conocer la obra, siempre tendrá más cohesión una ilustración preparada tras leer la historia que hecha sin contexto. A mí especialmente me gusta añadir guiños y referencias en mis dibujos, y disfruto intentando colarlos en la composición, especialmente al pensar qué podría poner y si alguien se dará cuenta después.


Fuera de encargo, ¿en qué sueles trabajar?


Pues aquí donde me ves, en escultura. Aunque el arte gráfico y la ilustración me encantan, lo que me apasiona realmente son el mundo tridimensional y la materia. Esto es algo que descubrí durante la carrera. Yo pensaba convertirme en pintora, pero cuando entré en la clase de escultura todo lo que había allí me cautivó, las herramientas, los materiales, las técnicas... Cuando trabajo en ilustraciones me cuesta disfrutar del proceso, porque se vuelve largo y complicado, sin embargo cuando empiezo un proyecto de escultura, ya sea modelado, talla o construcción, no me cuesta seguir, sé muy bien cómo llegar al punto final y qué debo hacer. Es algo difícil de explicar, pero se me antoja más natural trabajar la tridimensionalidad.


Y hasta aquí la entrevista a Elena Martínez García. Son varios los proyectos en los que hemos trabajado juntas y es un placer contar con una persona tan comprometida con cada proyecto, y que además aporta sugerencias y detalles para hacer que las ilustraciones sean mejores y que representen adecuadamente la historia. La ilustración no solo da vida al texto, sino que aporta un valor añadido, completa y complementa el arte de la literatura.


Si queréis seguir su trabajo podéis ver su cuenta de Instagram aquí.

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